Siguiendo mi razonamiento de ayer, el del mundo demasiado grande..pues bien, la tierra es muy grande, es infinita, y nuestro cerebro, por muy admirable que sea, todavía no está adaptado para poder gestionar racionalmente una inmensidad de esta índole. Pero esto es normal, ya que durante la mayor parte de nuestra historia en la tierra, nuestro horizonte pocas veces a sobrepasado la línea azul de la playa más cercana…
Resumiendo, cuando todo va bien, conseguimos gestionar el mundo a nuestra manera, y cuando todo va mal, ya no lo conseguimos. Peor todavía, confrontados al tamaño y a la complejidad del mundo perdemos los papeles, y entonces, para tranquilizarnos, cedemos a la tentación de simplificar la realidad a ultranza -el Bien, el Mal, los Buenos en nuestro bando, los Malos en nuestra contra-, empecemos pues una guerra para darnos ánimo, sancionemos a troche y moche, enfadémonos, golpeemos el puño sobre la mesa, lancemos amenazas a diestro y siniestro. En otras palabras, cuando nos vemos confrontados a un mundo demasiado grande y complejo para nuestras pobres cabecitas, nos volvemos peligrosos.
Resumiendo, cuando todo va bien, conseguimos gestionar el mundo a nuestra manera, y cuando todo va mal, ya no lo conseguimos. Peor todavía, confrontados al tamaño y a la complejidad del mundo perdemos los papeles, y entonces, para tranquilizarnos, cedemos a la tentación de simplificar la realidad a ultranza -el Bien, el Mal, los Buenos en nuestro bando, los Malos en nuestra contra-, empecemos pues una guerra para darnos ánimo, sancionemos a troche y moche, enfadémonos, golpeemos el puño sobre la mesa, lancemos amenazas a diestro y siniestro. En otras palabras, cuando nos vemos confrontados a un mundo demasiado grande y complejo para nuestras pobres cabecitas, nos volvemos peligrosos.
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