lunes, 25 de mayo de 2009

El valor del recuerdo

Cuando se mira una imagen, hay dos tiempos de recuerdo: el recuerdo que evoca alguien que ha vivido la experiencia, y el recuerdo que construye una narración (texto o imagen) para alguien que no vivió el tiempo que se evoca.
Producirá efectos distintos. Producirá significados distintos. Evocará memorias definitivamente muy alejadas del objeto/ sujeto de la fotografía.
La foto de la niña de tres o cuatro años que pasea a su abuelo ciego, ya no tiene ningún valor más allá de mi recuerdo. Porque lo que guarda mi memoria es la voz. El abuelo va cantando y pidiendo dinero, todo el día, ambos van recorriendo la playa de arriba abajo, con ese calor pegajoso, una playa de Camboya, Sihanoukville, todo el día, con la ropa pegada al cuerpo y escuchando esa voz….

Enciendo la televisión, en el telediario una noticia informa de que 15.000 niños mueren de hambre diariamente, la mayoría de ellos en Asia y África. Y mi memoria me traslada otra vez a Camboya, donde esta niña, con cuatro años, trabaja todo el día paseando a su abuelo –si es su abuelo- para sacarse un dinero que les permita comer. Esta noticia se repite con frecuencia, de año en año los altos cargos políticos internacionales se reúnen y acaban redactando actas y promesas, proclaman discursos llenos de buenas intenciones y frases esperanzadoras. Pero las palabras no curan las heridas ni salvan vidas.

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