En estos momentos de niebla y desorden social, deberíamos reconocer el deseo como principal motor para llegar a una sociedad mejor. "Tanto a nivel personal como a nivel profesional, yo creo que el sexo es un asunto profundamente social". Con estas palabras empieza el monólogo de la concejala antropófaga de Almodóvar. Su nuevo cortometraje, que pronto podremos disfrutar en televisión, es una barbaridad de las que nos gustan. Vuelta a los orígenes. Almodóvar nos deleita con un discurso que nos recuerda a sus mejores tiempos, los tiempos de la murciana, guarra y marrana de "Pepi, Luci, Bomb y otras chicas del montón". Aquí los cinéfilos ya no encuentran referencias a Cassavetes o Bergman, no, aquí estamos ante el puro estilo mordaz y provocador de Almodóvar que nos encantó en los ochenta. El cortometraje viene acompañado de una interesante entrevista al director por el crítico Diego Galán, en la cual nos cuenta que la idea de realizar el corto se le ocurrió al ver actuar a Carmen Machi, fantástica en su papel de concejala de Asuntos Sociales que consigue meterse en la boca "un pie del 45 hasta el tobillo".
Esta pequeña obra maestra podría alegrarle el día a la persona más gris y rancia de su entorno. Al final, ya se nos ha hecho la boca agua y queremos más, queremos un largo donde Almodóvar vuelva a lo políticamente incorrecto, a lo satírico e inteligente. Sí, queremos concejalas antropófagas en todos los ayuntamientos.
Esta pequeña obra maestra podría alegrarle el día a la persona más gris y rancia de su entorno. Al final, ya se nos ha hecho la boca agua y queremos más, queremos un largo donde Almodóvar vuelva a lo políticamente incorrecto, a lo satírico e inteligente. Sí, queremos concejalas antropófagas en todos los ayuntamientos.
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